Crush
Expectante a los encuentros,
adormecida del deseo.
No sos nada pero sólo te puedo mirar a vos.
No sos nada pero me rompes la cabeza desde hace ya un montón.
¿Y qué se puede hacer?
Más que fantasearte con mi almohada.
Envolverme en las sábanas,
tironear las frazadas,
mientras recorro en mi mente
cada centímetro de tu cuerpo sobre el mío.
Cuerpo ajeno, no te conozco.
¿Qué lugar ocupará mi cuerpo en tu cuerpo?
¿Qué lugar ocuparían mis besos en tus besos?
Una química mítica de novela.
No hay realidad que la sostenga.
Pero tus dedos sobre los míos,
los míos sobre los tuyos.
Con tan poco me pongo colorada:
con tu mirada sobre mi, con la mía sobre la tuya.
En ese preciso momento dentro mío hay un incendio.
No quiero apagarlo.
Me encanta sentirme así.
Estoy ardiendo y mi cuerpo se quema
...tal vez me este haciendo daño.
¡Pero es que estaba muerta hace tantos años!
Necesitaba sentir la sangre correr dentro de mi.
Así cuando me sonreís,
así cuando te veo,
mi sangre comienza a circular tan rápido.
La temperatura aumenta.
Mis fantasías se alimentan.
Mi libido está de fiesta.
Y nada sucede.
Nada se da.
No te conozco y nunca nada serás.
Sos una leve brisa en mi vida que intento agarrar y materializar.
No es posible.
Nunca vendrás.
Tu mundo es otro.
Tu vida hace ya tanto comenzó a girar.
Hay un espacio tiempo que nos separa.
¿Cómo sentir tanta conexión con quien esta en otra galaxia?
¿cómo podría fijarme en una persona tan lejana?
¿aunque quisiéramos tocarnos podrías hacerlo?
Somos de mundos distintos, nacimos en otro momento.
Nada tenemos que ver.
Nada sos. Nada soy.
Alejados por la muralla del tiempo.
¿Porqué hay tanta conexión?
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