Tener la oportunidad, poder estar más allá, tan acostumbrada a no ser, a desconfiar, a no ganar. El mar se me abrió una vez, se me abrió para no parar, y no me desperte , lo arruine una vez más. Es tan perfecto que asusta, porque nunca es justa la felicidad. Saber elegir es lo que cuesta más, no cualquiera suma sin restar. Siento la electricidad, y no la se llevar, me quema, me paraliza, y no me deja reaccionar. El enemigo peor, ese gran saboteador, siempre será uno mismo, y ese miedo a estar mejor. Es tan perfecto que asusta, porque nunca es justa la felicidad, saber elegir es lo que cuesta más, no cualquiera suma sin restar. Es tan perfecto que asusta, porque nunca es justa la felicidad, ni la justa nunca es justa, porque algunos nunca la tendrán.

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