verde con rosas y jazmines

Quisiera viajar en el tiempo y verte de niño,
luego doy cuenta de que la ciencia ficción no es necesaria,
para poder estar en aquel momento;
ese pequeño que alguna vez fuiste
aparece cuando comes el coquito del pan.
No hay nada mejor que verte comer un pan, pensé.
No hay nada mejor que  tener los ojos
para ver a tu niño interior resurgir.
En ese preciso instante en el que te veo,
todo el alrededor esta fuera de foco,
te ves más maravilloso que nunca
y comprendo que las cosas hermosas
son así de simples, de rutinarias,
y eso me entusiasma.
Es hermoso como cualquier cosa pequeña,
que me resultaba en mi casa tan tediosa,
ahora se inunda de belleza,
se ven flores hasta en lo simple de poner la mesa.
La hora de comer es divertida,
la hora de lavar los platos también,
descubrí la dulzura de cuidar donde estoy,
porque ahí también estas vos,
y nunca tuve tanta reciprocidad,
ese feedback que si lo pienso es en verde,
verde con rosas y jazmines,
un feedback que es planta,
que crece y nos ata, nos une a nuestras almas,
nos hace crear un puente entre los dos.
Y con humildad y distención,
la niña que se comía la miga del pan escondida de su abuela,
se encuentra con el niño que,
del otro lado del charco,
se comía los coquitos de una bolsa de pan entera.


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