Cuento VI: Escribirte una carta



"Escribirte una carta"
de Mariana Jazmín Vaccaro

10/07/12
No, no me importa estar solo. No me importa hundirme entre mis cosas, que de cosas ya no tienen nada. No me importa, te lo juro. Mucho no hay para hacer, mucho tampoco tengo en que pensar. Tengo con quien hablar, pero ya he contado todo lo que he podido. Y cosas nuevas no pasan, así 
que no se que mas decir. Nadie sabe que mas decir. Ya estoy viejo a parte. Si salgo de acá es para quilombo, y si me quedo es resignarme mas de lo que me obligaron a que me resigne. Ademas no me conoces, yo siempre te escribo, vos nunca contestas. Quisiera saber qué sos, qué pensas, qué haces. Me mata la curiosidad, saldría un día, me escaparía. No se, solo para conocerte de verdad, para mirarte a los ojos y descubrirte.
La soledad es una eterna compañera, es nada y a la vez lo es todo. Lo único malo que no se le puede escribir.. y por eso te molesto a vos. Se que no queres saber mas nada de mi, pero necesito hablarte ¿a quién mas le hablaría? Y si para colmo que acá la paso para el culo, me tengo que prohibir de escribirte, estoy en el horno. 
Lo que menos queres es ponerte en el lugar de este pobre viejo. Lo que menos queres es de vuelta una carta mía en tu buzón. Lo que yo mas quiero es que me leas. Me carcome los huesos no saber si alguna vez abriste siquiera el sobre, si sabes todo lo que te digo siempre, si en verdad lo 
entendes. 
Ya te lo dije. No me importa estar solo, ni pudrirme acá. 
Y uno se termina acostumbrando a las pequeñas cosas. Pero son tantos años querida mía  tantos años.. que ni pequeñas cosas hay. No hay alegrías, ni siquiera tristezas. Esto es la nada misma. ¿Qué puede ser mejor que estar solo en la soledad?
Leeme, por favor.. Leeme. 
Me arriesgo  a lo que no quiero, a que nunca hayas abierto una carta mía. Me arriesgo, entonces, a decirte lo que siempre te digo desde que estoy acá. No quise. Si.. eso lo decimos todos. Pero no quise, y no querré nunca. La culpa la tuve, obvio. Y por eso me banco esto de muy buena fe. 
Que viejo estúpido que me estoy convirtiendo. ¿Porque me creerías? Yo me  olvido que las cosas allá se viven de otra manera. 
1997, invierno. Es más, el mismo día que es hoy. Todos en casa: tu vieja, y tus dos hermanos. Creo que tenias alrededor de 5 años aproximadamente. Disculpa si no la pegue, el tiempo me deshace el cerebro. En ese momento vos estabas en el jardín. Yo era bastante despistado, 
entraba, salia de la casa, y siempre en ese vaivén rompía algo, o perdía algo, o no se. Siempre me mandaba alguna. Ese día tu mamá estaba enferma y no podía irte a buscar al jardín  Tus hermanos tenían 9 y 11, y no teníamos confianza en que ellos vayan. Así que fui yo.
Todos dormían la siesta. Invierno, todo cerrado. Prendí la ornalla, puse la pava. Y me hice unos mates. Luego vi la hora, y me fui rápido a buscarte.
Llegue a la salida del jardín, y te lleve a tomar una merienda rica en algún bar del barrio. Me acuerdo que estabas re contenta. Para cuando volvimos a casa, ya habían pasado unas lindas horas de cuando me fui. 
En la casa de al lado vivía una familia, de la cual vos tenias una amiguita. Cuando llegamos te mandaste de una a la casa de ellos a saludar, y yo me metí en casa. El silencio permanecía en el lugar, por lo que supuse que seguían en su siesta - extrañado, por la hora que era-.  Pero luego me di cuenta:  el olor a gas era indiscutible, todo cerrado, gas abierto. Cuando me fije bien, no estaban dormidos. Lo demás creo que no importa. Llame a la ambulancia, le pedí a la familia de al lado que te cuiden. Vino la policía, vino todo el mundo. Yo, por supuesto, destrozado, anonadado. Mi mujer y mis dos hijos muertos. 
Todo llevo el tiempo que debió llevar. La policía me encontró culpable, y considero que había sido "un accidente causado". Siempre supe que no quise, pero la causa fui yo, por eso nunca me negué  ¿Qué sentido tenía seguir con toda esa culpa? De alguna u otra manera, acepte la responsabilidad cuando en verdad "no tenia porque". Me calle, mire, y lo único que quería era libertad, libertad para darte libertad a vos. Pero no, no podía. No podía porque estaba todo en mi contra, y con 
libertad, o sin libertad no me iban a dejar ser tu padre. ¿Cómo darle la custodia de su hija cuando había causado la muerte de toda la familia? ¿Cómo yo me iba a permitir a mi mismo estar cerca tuyo corriendo el riesgo de mi tontería? 
Nunca mas te volví a ver. Cada momento que estuve acá dentro fue horrible, pero me consolé con que ya me ibas a venir a visitar, que te iba a ver hermosa, grande. No fue así. Por terceros me entere que mis viejos te cuidaron, que fueron para vos tus padres. Cuando cumpliste 12 falleció mi 
papá, y un año después mi vieja. Si, ellos eran de esas parejas que formaban una persona. Mi mamá se fue atrás de él, hasta en la muerte quiso acompañarlo. Entonces, con 13 años te "adoptaron" tus tios: la hermana de tu vieja y su marido. Hasta ahí se, supongo que seguirás 
viviendo con ellos. Espero que así sea, pues es la dirección a la cual enviare esta carta.
Nunca me viniste a visitar. Al principio el resto de la familia no te trajeron porque eras muy chiquita, y me prometieron que cuando crezcas te iban a traer. Nunca. 
Con el correr de los años empece a tener menos visitas. Estaba tan aislado de todos, que se olvidaron de mi. No participaba en nada, yo no era novedad. Si venían a visitarme era para acordarse de que siempre iba a estar acá, y que era terrible verme tan mal. Imagínate, hasta mis viejos dejaron de venir. Ya para sus últimos años de vida, caían solo para mi cumple años.
Fue muy duro, tengo que admitirlo. Pero me la veía venir, al principio acá yo tenia amigos que estaban hace mas tiempo, que me contaban que ya nadie venia, ya nadie los quería. 
No, querida mía, no me importa que mis viejos no hayan vuelto jamás, que se hayan muerto mientras yo me pudro acá. No me importa tener esa  incertidumbre de qué te habrán contado, de qué es lo que sabes. No me importa estos terceros. No me importa mi vida porque yo ya no tengo vida. Solo soy algo que no dejan que deje de ser, pero a la vez tampoco lo dejan  ser. Estoy entre que me dejen vivir y me dejen matar.
No, ya lo ves. Ya nada importa. Solo hubiese querido volverte a ver. Tu sonrisa, tu voz, tu pelo. Solo hubiese querido verte crecer, ver tus ojos verme. Ser tu padre, eso hubiese querido. 
Respecto a tu mamá ¿qué decirte? el destino nos unió para que yo destruya su vida. Ella me quería  pero nunca me amo. No la alcanzaba, no la hacía realmente feliz. Pero de un impulso a otro nos casamos y nació tu hermano. La ate con amarla tanto. Para mi ella era todo, y siempre se lo di 
a entender. Tu mamá, supongo que consideraba que si yo la amaba, yo la hacia feliz. Bueno, los dos sabíamos que en verdad no era así. Pobre, capaz pudo haberse ido con alguien mejor. Con alguien que la amara mejor. Imagínate, ¿de qué sirvió quererla tanto si acaso la mate?.
Verla ahí, creerla dormida, para luego comprender que no, fue la imagen mas terrible de mi vida. Para vos debe haber sido espantoso quedarse sin madre. Para mi, quieras o no, también fue espantoso quedarme sin mi mujer, sin mi todo. 
Tus hermanos. Chistosos, compinches entre ellos dos. Siempre había buen humor en la casa gracias a sus picardias. No paraban ni un segundo, o eso esperábamos todos. Verlos parar, verlos parados.. fue la desilucion mas grande de mi vida. ¿Cómo no merecerme todos estos años de castigo?, al haber sido el causante de parar con la vida de dos hijos que eran amigos, que eran 
unidos, que eran "imparables"
Mihijita, seguro que te han hecho creer que todo fue a propósito, que no te quería ni a vos ni a los demás; seguro que pensas que soy el malo de la historia, y en tu cabeza se debe repetir la frase "que se pudra en la cárcel".  Pero preciosa, en esta historia no hay malos ni buenos. Lo único que quedo fuiste vos, sola llena de mentiras y de ausencias.. y del otro lado quede yo, un desgraciado.
Mihijita, mi único deseo es volverte a ver, con esos ojos contentos como la ultima vez que te lleve a pasear. Verte ser, caminar, correr, reír. Escucharte hablar. 
Acá aprendí a no ser egoista, a no pedir nada más de lo que me dan -osea, nada-. Me la supe bancar, sobrellevar. No se como ni porque, pero solo me quede sentado mirando la pared de esta maldita habitación. Intente olvidarte, tal como todos me olvidaron a mi. No puedo, no me sale. Y solo pienso en vos, en lo hermosa que debes estar.  No puedo dejar de ser tu papá.
¿ Tendrás novio? ¿o ya estarás casada? ¿ Estarás estudiando o trabajaras?  ¿Me lloraras? porque yo si, todo el tiempo.
¡ Podrías verme a visitar, aunque sea una sola vez y nunca mas! Así yo puedo pudrirme tranquilo. ¡ Podrías contestar esta maldita carta y decirme de una buena vez que es lo que pensas! ¡ Podrías hacerme saber si, a pesar de todo, seguís siendo mi hija!
Son muchos años, en los que me la pase llorando, pensando, culpándome a mi mismo. Ya no tengo vergüenza de lo que hice, de lo que paso. Ya no quiero pedir perdón  ya no tengo porque pedir perdón  Si vos nunca te enteraste de esta versión, mi culpa no es. Si nunca te llegaron mis 
disculpas, no fue porque no las dije. 
Querida mía, ya sos grande. Lamentablemente, estoy seguro que esta vida no te esta siendo nada fácil  Tenes una historia que te persigue, y lo mas probable es que trataste de escapar de ella toda tu vida. No, no vas a  poder. Deja de hacerlo. Deja de escapar. Veni, mírame. Enfrentame. No me 
tengas miedo, yo siempre te ame - yo siempre los ame -



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