Una mujer desempleada en una Argentina con el dolar a 34
Siempre me dije que lo mejor era poner el título al final,
pero esta vez comienzo al revés de lo normal.
Pos quiero comprometerme a contar esta historia,
donde mi cuerpo es el protagonista
y donde mi horóscopo se vuelve realista.
Todo comenzó como un camino de exploración,
que les advierto el final: ¡fue exitoso!
Pero resulto convertirse en una necesidad,
o tal vez sería mejor pensar:
en una herramienta de autogestión.
Mi cuerpo y mente se aliaron,
y con mucha convicción lograron
convertir de mi imagen una foto.
Una foto que se vende y me da dinero,
me da poder y empleo.
El mundo siempre genera huecos,
y siempre creí ser de las que no necesitaba de ellos.
Hoy caí acá,
en la disidencia de vender sexo,
en imagen,
en un personaje.
Mis papás no estarán orgullosos si se enteran,
la nena debía recibirse de la carrera.
Los libros siempre son mejor opción,
que mirarse en el ojo del otro.
Pero qué curioso que resulto todo,
de mi hobby inevitable pero castigado,
surgió mi capacidad de hacer dinero
en este mundo donde todo puede ser economizado.
Mi imagen es mi mejor producto,
aunque muchos aun crean que eso no es motivo de orgullo.
Hace unos días me echaron de mi trabajo,
una vez más el agujero del sistema me ha atrapado.
Pero le sonrío con placer:
no necesito de un patrón para comer.
El erotismo que se escondía en mi ser,
se despertó para hacerme emerger.
La autogestión es la herramienta,
el feminismo el corazón.
Soy mujer y por eso no soy menos,
soy cuerpo y sexo y no pienso ya más esconderlo.
Estoy resignificando mi identidad,
divirtiéndome con mi cuerpo al jugar.
Mi cabeza no es más mi único motor,
hoy conecto con mi sangre y mi pulsión.
El dólar se está yendo al carajo,
pero no tengo miedo,
hoy tengo trabajo:
me pagan por calentar la pava,
me chupa un ovario si no va con tu moral,
no voy a darle ganancia a una empresa
en pos de no cometer ninguna indecencia.
El titulo lo vamos a corromper,
en vez de mujer desempleada
vamos a decir mujer empoderada.
Tu moral patriarcal se va a caer,
y una foto de mi concha peluda voy a vender.
No me adapto a tu deseo,
sino que genero la imagen que vive en mi propio fuego,
desato mi serpiente encantada,
y te atrapo con mi
mirada.
Soy un ave fénix que se quemó muchas veces,
pero de su propia mierda pudo volver,
de mi oscuridad cree,
y ni el dólar ni el capitalismo me van a vencer.
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