La adultez arrasando con la vida

La mayoría de mis palabras sabias son solo el consuelo del dolor que me perturba. Lo curioso es que nunca lo logro. Los miedos los expongo y los lloro, ¿pero hay alguna receta para dejar de tener miedo? ¿cómo hacer para no tener miedo a tener una muerte absurda, de morir y no haber hecho ni la mitad de las cosas, de morir inconforme, imperfecto? ¿cómo no tener miedo de no estar con quien queres estar, de no lograr lo que tanto deseas y de no tener una vida agradable y fructífera? ¿cómo hacer para no tener miedo a que cada vez nos falte menos la comida, que todos los lujos de la infancia se vayan perdiendo a medida que la consciencia madura y que las responsabilidades se hacen propias? ¿cómo no tener miedo a que el próximo gobierno de turno nos azote todo lo poco que nos queda y que el siguiente haga lo mismo y así sucesivamente? ¿cómo hacer, díganme, para no tener la horrible sensación de que existe la probabilidad, por mas mínima que sea, de tener un marido que engaña, agrede y que se ausenta? ¿o como no tener miedo de terminar sola con muchos gatos, quieta en la nada, soñando todas las noches reencontrarme con la ultima persona que he amado? ¿cómo no tener miedo de quedar embarazada y por ese mismo hecho no terminar mis estudios y quedar varada en la vida de madre y ama de casa? ¿cómo hacer para no temer la posibilidad de no amar a mis hijos o de que ellos no me amen, de ser una mala madre? ¿cómo no tener miedo a desaparecer en el momento mas inoportuno, a no hacer ni la mitad de las cosas que te prometiste a vos mismo, de morir sabiendo que no hiciste ni el mínimo esfuerzo para cambiar al mundo? ¿cómo no temer nunca llegar a ser feliz, y vivir arrastrándome  por los rincones por la frustración de no vivir la vida que quiero? Díganme, ¿cómo? No conozco a nadie, todavía no tuve la oportunidad, que sea pleno e integro, feliz y firme... que su vida, planeada o no, sea agradable y fructífera, progresiva y necesaria. No conozco a nadie que sonría por todo lo que logro, por los caminos que construyo y por la familia que creo. No conozco a nadie que no sea sometido a la violencia de un marido o de su esposa. No conozco ningún matrimonio que sea feliz, ni nadie que en su soledad pueda realmente sonreír. Todavía no tuve la oportunidad de ver en frente de mis ojos el ejemplo que quiero seguir. No tengo héroes ni dioses. No tengo a quien admirar. Solo veo gente fracasada y frustrada, hundidos en una vida sin nada. Gente que se rindió, que resigno, que sufre sin cesar y lo único que hace es enumerar sus tristezas. Por eso temo. Temo ser igual. Temo todo lo que ya he mencionado. No puedo evitarlo. El reloj avanza, pero aun así tengo mis tiempos. Y no se cuando la muerte me va a alcanzar. Estoy corriendo hacia ningún lado. Dudo de mi futuro porque lo deseo mucho a la vez. Vivo con la mirada hacia delante y la mayoría dice que eso esta mal. El presente es lo que importa. Pero no puedo evitar dudar, temer y pensar en lo que vendrá. No puedo evitar trabajar día a día en que mi futuro, en mi amado futuro, se cumpla. No quiero ser como nadie de las personas que conozco y que me rodean. No encuentro seguridad, firmeza, alegría y confianza en ninguna de ellas. Estoy perdida en la maldita realidad humana. No tengo que apostar mas, ¿no?. No tengo que esperar que se cumplan mis sueños, ¿no? Acaso, ¿es de ingenuo creerse merecedor de cierto futuro? ¿es de ambicioso esperar encontrarse en el camino todas las piedras y ventanas que sueño desde que soy chica? ¿tendría que concentrar mi mirada en lo que importa?... ¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA?

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