hogardulcehogar

Siempre va a estar la distancia. Ese lugar tuyo que nadie conoce, que nadie ve - o eso crees-.
Te sentas una noche tras otra en esa mesa, comes esa comida sin sabor a hogar. Tus oídos escuchan, pero no quisieras. Hay días donde te dejas llevar y charlas, tal vez te reís  Pero siempre es lo mismo, las mismas caras, los mismos gestos. Esa maldita mirada que te atormentara toda tu vida. Tu peor enemigo, tu peor aliado, tu peor lado: tu madre.
Nada sabe bien, ni tu cama, por eso el insomnio  Aunque generalmente donde sea que duermas te despertas con ese dolor en tu cuerpo, ese dolor que te aniquila cada día, cada mañana. Pero tu cama, tu cama es horrorosa. Tu pieza también. No sabe a nada, o si, a hogar.. puede ser. Pero no es feliz, o no es lo mejor. No es lo que esperas, pero es lo que es y sabes que hay que aceptarlo. Toda tu vida deseaste aceptarlo, y  toda tu vida deseaste escapar.
Quien creíste enemigo termino siendo ofensivo: tu padre. ¿Cuánto tiempo viviendo una mentira? ¿Cuanto tiempo sintiendo un odio que no te pertenecía? Todo por vivir tras la sombra, siempre en esa maldita sombra. Las cosas te las contaban, nunca las quisiste ver. Pero, mentira, siempre las viste, siempre vas a tener tu propio registro de las cosas. Y que ninguna familia te lo borre.
Nada sabe bien, pero eso significa ponerle tu propio sabor, el que vos elijas, el que vos prefieras.
Todo es una reverenda mierda, pero de ahí uno florece en autenticidad.

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