Cuento II: A cada uno le debe tener que tocar una etapa de arrepentimiento

Nada vuelve a ser igual. Ni vos, ni yo, ni el alrededor. No es malo, claro que no. Pero esta vez jugo en contra. Dudo que importe, dudo que lo notes. A penas yo lo diferenciaba.. Hasta que me canse de caretas, de creer que tus manos estaban limpias. No me siento segura con ninguna de mis amistades, eso es una realidad. Pero tendré algunas mas confiables que otras. Y las que mas me aseguraban protección, fueron la que me desalojaron. Igual, no tiene valor. La distancia genera que pueda vivir sin vos, sin ellos, sin ustedes. Puedo vivir sin nadie, porque de hecho es lo que hago día a día. No es un motivo para exigir lastima. Allá ustedes si quieren sentirla por mi, tampoco es mi deseo. No tengo deseo hacia ustedes. Las manos que me abrazaron fueron las mismas que me acuchillaron... y a lo largo de los días no te creas que eso se olvida. Uno olvida el daño que causo, pero no me puede deshacerse del dolor que le han causado.. que estúpido. ¡Que estúpida jugar a las amiguitas de toda la vida con vos! ¿Hasta que tal punto uno se ve obligado a perdonar?. Me canse de perdonar día a día.. ¿Esta mal?. Total, ya las cosas se desvanecieron.. ya no son de importancia. Vos para mi y yo para vos, carecemos de valor. Carezco de valor para todo ese mundo, y ese mundo me lo paso por el culo. No es cuestión de hacer la guerra, ¿Qué ganaría?. Solo es para mantenerme firme, que tu mano, su mano, sus manos, todas esas, nos las vuelvo a agarrar..