La primera vez.

Pamela me miraba, asustada, indecisa. Con sus ojos me charlaba, me acompañaba en ese momento de silencio e impaciencia. Se escuchaba las agujas del reloj, se escuchaba el viento que golpeaba con las persianas entrecerradas. Y por la pequeña abertura de la ventana, entraba un chiflete que me paralizaba mas de lo que ya estaba. Pero a ella, nada la detenía, seguía firme en su susto.
No sabia bien que hacer. Se me mezclo todo....Bah, uno vive mezclado. Pero las cosas se las imagina de una manera especial, luego cuando suceden te avivas de que fuiste un pelotudo por no darte cuenta antes. Yo creía que era facil... así, como un tramite. Invitarla, endulzarla, y penetrarla.
Simple...no contaba con ningún factor de riesgo.
Para cuando ella ya estaba en mi cama, desnuda, con algunas partes tapadas por la sabana: la mire. Pero no fue una observación estilo rayosX para verificar si estaba buena. No fue verla. Fue conocerla, entenderla. De repente yo ya estaba dentro pero sin aun penetrarla. Sus ojos me sostenían mi mirada. Ella me quería, ella me invitaba.
Mi seducción, mi encanto, y mi erección, se perdieron. Ese deseo carnal... no era, como...como yo creía. Yo también la quería ¿entendes?.
Pero eso no me detuvo. La bese mientras me encontraba encima de ella. Hasta que volví a estar firme, y hasta que volví a mirarla: era la hora. Comencé alejándome despacio para no cometer ninguna torpeza. Luego, me senté en una silla, en frente de la cama, y del cajón de la mesita de luz
saque el forro. Mis manos estaban sudando, e intentaba de no temblar.
Nunca creí que sentiría tanto miedo. Que ella me intimidara tanto. No me sacaba la vista de encima. Me desnudaba mas de lo desnudo que ya estaba. Me apuraba, me solicitaba. Y yo, no podía. Una vez mas perdía todo. ¿Cómo dejarla ahí?
El tiempo estaba bastante quieto. A veces se nublaba y dejaba de entrar los rayos de luz por la ventana.. en esos instantes, me sentía aliviado. Ella se perdía en la sombra y mi presión disminuía. Hasta que el sol volvía.
No había caso... no podía disimular lo nervioso que estaba. Entonces tuve que hablar. Algo tenía que decir, ¿o no? No recuerdo específicamente mis palabras, seguramente alguna tontería. Pero antes de terminar mi oración, ella me cayo con un beso. Recuerdo estar hablando y verla moverse,
acercándose despacio hacia donde yo estaba sentado. Ya no había sabana que la tape. Y el sol la iluminaba exponiendo cada detalle.
Su beso me calmo lo suficiente para dejar de estar paralizado. Era tan linda que no pude resistirme.. no pude permitirme quedarme quieto. Entonces, hicimos el amor.
Que tonto cuando creí, que era todo como un tramite...

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