Cuento I: Cuando el viento te lleva al mismo lugar
"Cuando el viento te lleva al mismo lugar"
de Mariana Jazmín Vaccaro
Intente escapar, pero las cosas a veces son mas complicadas de lo que parecen. Armar el bolso, cerrar la puerta y marcharse parecia una tarea sencilla.. hasta que hoy quise hacerlo.
Todo comenzo a las 2 am. Mis papás, como todo sabado, se quedaron viendo la televisión, uno de esos programas que te entretienen mientras sin darse cuenta te amargan por completo. Era una noche cálida, y el ventilador permanecia en minimo. Mis hermanos, Hellen, Francisco y Almendra permanecían hipnotizados en un sillon a parte del que se encontraban mis viejos.
La sala de la television es bastante clasica, y si uno presta atención al como esta ordenada y adornada, se puede comprender la importancia de ese aparato en la familia. La tv se halla en el medio casi pegada a la pared que conecta con la cocina. Del lado izquierdo se encuentra un
sillón para tres personas, y voy a ser honesta, es muy acogedor. Luego enfrentando el aparato, esta el sillón principal, también para tres personas, que es el que mis papas habitúan usar. En el medio de todos estos muebles esta la mesa ratona glamourosamente deacorada con algunas revistas en la repisa que posee abajo.
Aquel sabado era igual a todos, y eso lo hacia mas irritable de lo normal. Y yo, una adolecente de 17 años, me empeze a sentir encerrada. Mientras participaba de ese estúpido habito familiar, por mi cabeza comenzaron a aparecer imágenes, ideas, pensamientos muy rápidamente. Sentía como si mi mente ya no pudiese controlar todo lo que tenia guardado. Era un colapso, todo lo que había en mi estaba desbordando. Al instante comencé a insultar, por debajo.. aun habia cierto lado de mi persona que poseía la moral de no tener el deseo de generar un disturbio familiar. Pero no dure mucho, y ya a los minutos mis quejas empezaron a ser directamente dirigidas a mis viejos y mis hermanos. De verdad, no me acuerdo bien cual eran las palabras que use. Fue un momento, un instante, del cual no queda mucho registro en mi.
¿Para que mentirme? La reacción de mi familia ante mis insultos fue muy desagradable. Estaban sorprendidos de mi actitud; yo siempre fui la más adaptada y educada. Y aún así, vomite en mil insultos una rabia inexplicable. Mis padres no dudaron ni un instante en ponerme una mano
encima.. Pero en vez de dolor, senti poder. Ellos siempre fueron muy estructurados, y a su vez, armoniosos. Nunca dieron señales de agresión física, ni entre ellos, ni hacia mi y mis hermanos. Por lo cual, el que yo haya logrado romper esa barrera moralista que había en su interior, me
hizo sentirme capaz de cualquier cosa. ¡Habia logrado lo que creí imposible por tantos años!
Las cosas cambian, o tan solo sale a flote eso que nunca quisimos mostrar. Hay partes nuestras que deben estar bajo llave - o no -.
Mis viejos no supieron que hacer despues de lo ocurrido. La sorpresa fue para todos. Mis hermanos se encontraban inmoviles; aunque de a momentos Hellen, que era la mayor, parecía movilizarce a penas unos centimetros con intenciones de intervenir.. pero nunca se decidió.
Y mis papas seguían sin saber que hacer. O pedir perdon, o abrazarme, o tan solo dejarme ir.
Me dejaron ir.
Cuando me golpearon solo supe que era lo que me merecía, por lo menos desde el punto de vista de ellos. Llore, pero es algo que me cuesta admitirlo. ¿Porqué llorar si acaso yo me lo había buscado?. Yo, y mi maldita obsesión de abrir esas las puertas que siempre estuvieron cerradas
de las personas. Ellos y su maldito caretaje, que lo único que logro fue provocarme.
Entonces, con lagrimas o sin lagrimas (no importa), me marche. Primero me dirigí a mi pieza, donde ya se encotraban mis tres hermanos sentados en sus respectivas camas mirando como yo vivia esa situación. Me miraron, impacientes. Fransisco, tal como segundo hombre de la familia, trataba de actuar una expresión de frialdad y autoridad. ¿Para qué? ¿en qué cambiaria?
Hellen se animo y hablo:
- Ojo a donde vas, y cuidate. Cualquier cosa me llamas.
Le sonreí, como si nada terrible estuviese ocurriendo. Y almendra, la mas chiquita, comenzo a llorar. ¡Tonta que es! si sonrió es para que entienda que todo pasa. Pero creo que eso a ella la lastima bastante. Dije chau con un tono bastante agradable y habitual. Fui hasta la puerta, y trate de en ningún momento girar hacia donde estaban mis viejos. No quería ver sus caras, ni darles una oportunidad a que remedien su error. Eran malos y era hora de que lo sepan, de que todos lo sepan.
Intente escapar, claro que si. Camine algunas cuadras, pensé en ir a lo de mis tios, a lo de mi abuela o tal vez a lo de alguna amiga. Mire la hora, las 3 am. ¿En que estaba pensando?
Entonces comprendi: que las familias se hacen, lo que queda esta de más. Si culpo los errores, debo entender que yo participe en ellos. Si, muy valiente de mi parte insultar, reclamar, denunciar. Muy de estúpida creerme heroe por lograr que mis viejos se violenten. Muy de apurada.
Pero seguí caminando, llegue al parque y me senté. Podía aparecer algún grupo de pibes y robarme, o algo mucho peor. No se, algo hizo que no me interese el peligro. Tenia mucho de que pensar: no hay que vivir culpandose, tampoco culpar a los demás.
Ya para las 4 de la mañana, Hellen me llamo.
-Boluda, deci donde estas por lo menos.
-En ningún lado.. Vah, en el parque. Yo que se, no queria joder a nadie, mira la hora que es.
-¡¿En el parque?! con mas razón, ¡mira la hora que es! ¿estas loca? ¿Vos queres empeorar las cosas flaca? Total los que la pasamos mal somos nosotros.
Uno puede pasar mucho tiempo haciendose el fuerte, pero siempre las palabras de tu hermano/a mayor lograr derribar todo muro. Luego de que me dijo eso, me largue a llorar como una desquiciada. No fue para bien. Eran la noche de un sábado, en un parque lejos de todo.. y llorar
sí, con todo oscuro, con el miedo de que todo puede pasar. Pero mas que nada no fue para bien por la desesperación que desperté en Hellen. No pude contestarle del llanto, y ella suspiro - pero de esos suspiros que significan "agarrate querida, estas jodida"
No tardo mucho en llegar. De mi casa al parque hay 10 cuadras, pero seguramente mi hermana fue a paso ligero, con pisadas fuertes y decisivas. A la hora de retar, ella era la mejor.
Bueno, cuando llego creo que ya eran las 4 y cuarto. Primero me abrazo, espero que me calme para tenerme bien lucida a la hora de su gran discurso. Seguro que en las 10 cuadras lo ensayo en voz baja.
- Si tan solo pararias un segundo. No digo que a pensar, por que seguro estos días estuviste martillandote la cabeza a full. Pero para, no se.. frenate. Yo se que, como toda familia, tenemos nuestros quilombos. Y seguramente, ahora que los descubriste (vah, ahora que los entendes) te
cuesta procesar la idea de porque hacemos como si nada, de porque la careteamos. Bueno, no se.. las familias no están para que te guste como funciona y como es, como piensa. Las familias estan porque simplemente se dio, porque se necesita. El día de mañana, cuando ya no nos necesitamos, cada uno seguirá su rumbo.. pero en ese rumbo se hacen nuevas familias. No se boluda, el mundo es así. Nos necesitamos, es piola vivir entre gente; y que este piola no significa que tenga que ser perfecto. Nosotros tenemos quilombos, y muchos (más cuando vos eras chica).. pero es bastante laburo vivir enfrentando. Queda en cada uno tratar de perfeccionarse, de hacer lo que le gusta; encargarse de su catarsis, comprender su vida, comprenderse. La familia unida no puede hacer eso por cada uno de los integrantes.. no es saludable. Nuestros viejos no nos dicen que la careteemos con nosotros mismos, solo nos dicen que a veces en la familia hay que hacerse el boludo; mirar la tele, charlar de cosas que poco valen, y poder relajarse.. encontrar un punto en el que todos se sientan bien. Ellos nos quieren proteger.
La escuche, no se con cuanta atención. No se que tanto estaba de acuerdo, pero sirvió para que quiera dormir. ¿Y a donde iba a ir?
Volvimos a casa..
Intente escapar, pero esa parte de mi que quiso escapar ya se calmo. Los 17 años son jodidos, son pocos años, pero que a la vez es un momento donde sentis todo, que llegaste al sentido de la vida, que descubriste a tu familia, que te descubriste a vos.
Mis papas seguian despiertos, sabian que yo iba a volver. Tal vez porque conocían los poderes que tenia Hellen sobre mi.. o tal vez por la simple razón que uno siempre vuelve de donde no fue echado. No les dije nada, pero los mire con cara de saludo: ni contenta ni enojada, un poco triste tal vez, pero tampoco hacia falta demostrar más.
Fui hasta la pieza, mi hermanita Almendra dormía y lo primero que hice fue darle un beso en la frente. Francisco, acostado pero despierto, me tiro un peluche a la cabeza, cuestión que yo se lo devolví. Así comenzó una pequeña guerra de peluches que termino con él haciendome unas
cosquillas horrorosas, pero muy gratificantes. Nos reimos, y me dijo que no joda mas, que la proxima vez no haga tanto drama, que las cosas se pueden hablar desde otra manera. Este pibe es un genio, posta.
Hellen se quedo parada mirando toda la situación desde que entre a mi casa hasta que me acoste. Parecia la creadora de tal situación, pero solo era una apariencia.. ella había colaborado, pero ese momento fue de todos.
Si, uno siempre fantasea con la idea de irse de su casa. Parecia tarea sencilla, y las ganas no me faltaban; pero las cosa son más complicadas, más profundas, más reales de lo que uno cree.
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