No te des la espalda
Allí estamos. Incapaces, o eso pareciera. Vivimos escapando día a día de nuestro lado mas oscuro, aunque siempre de reojo lo vemos ahí, acechándonos. Escalamos montañas, sembramos extensos campos, por tan solo hacernos notar a quien sea, - a nosotros mismos-, que esa maldita sombra es solo una farsa: un invento de Freud y sus secuaces, un palabrerio de aquel amigo o un delirio de ese terapeuta. Nadie, nadie puede decirnos quienes somos, y la psicología es solo una herramienta en falso.
Todo comienza en ese error: aseguramos de que lo oscuro es solo una buena explicación de las cosas, pero no la verdadera. Entonces, le damos la espalda a todas esas noches donde lloramos ocultos bajo las sabanas, a todas esas veces que nos tapamos los oídos para no escuchar los gritos de la casa, a todos esos momentos que rompieron una parte nuestra volviéndonos cada vez mas siniestros. Le damos la espalda a cada momento de ira y de frustración, de odio y de apatía. Negamos esa oscuridad, negamos esa parte rota y desastrosa, desequilibrada y que nunca para de sangrar. La tachamos del tablero, le prohibimos que sea un jugador. Nos aseguramos de que no exista... que esas malditas veces que nos encontramos con nosotros mismos y vimos lo terrible y horrible que podemos llegar a ser, solo hayan sido una pesadilla.
Pero el problema sigue, porque lo oscuro nos va a seguir en cada paso que demos, esperando que bajemos la guardia y nos tome por sorpresa. Esa parte nuestra persevera porque simplemente es real y aunque quisiéramos, aunque nos esforcemos, todos esos malos sentimientos y toda esa repugnancia que habita dentro nuestro, seguirá ahí, latente...imprescindible.
No es el fin. Una vez que mires para atrás, o para dentro, para donde sea que sea el punto de encuentro con vos mismo, y te topes con tu oscuridad, con toda esa mierda...podes quedarte ahí, bañado en suciedad, impregnarte cada poro de tu cuerpo con esa parte tuya. Asegurar con firmeza que nada va a cambiar en vos, que esto sos, que no hay una puta esperanza de que puedas sentirte bien al respecto. Te convertís en un aliado de tu sombra. Comprendes entonces que en cada jugada, en cada paso que diste, siempre estuviste influenciado por todos esos horribles sentimientos. Escapando o no escapando... siempre estuvo ahí, poniendo sus fichas en el tablero. Pero, reitero: no es el fin. Ya te conociste, y ahora podes enfrentarte... no para derrotar lo que sos porque eso no tendría sentido. Me refiero en el modo de aprender a convivir con tu oscuridad. Entender todo eso siniestro que tenes, aceptar ese lado tuyo. Y aun más, podes hacer que de esa mierda nazcan flores. Y hacerlas crecer, regarlas, nutrirlas de todo lo que sos. Porque nunca te olvides que si siempre vivís escapándote, o negando, lo único que vas a lograr es que tu mierda sea usada en tu contra. En cambio, si tomas el valor de auto-conocerte y enfrentarte, vas a notar que hasta de lo peor de uno, podes lograr grandes y hermosas cosas. La vida puede ser mas grandiosa de lo que creemos.
Tu oscuridad es tan solo UNA parte de vos.
Todo comienza en ese error: aseguramos de que lo oscuro es solo una buena explicación de las cosas, pero no la verdadera. Entonces, le damos la espalda a todas esas noches donde lloramos ocultos bajo las sabanas, a todas esas veces que nos tapamos los oídos para no escuchar los gritos de la casa, a todos esos momentos que rompieron una parte nuestra volviéndonos cada vez mas siniestros. Le damos la espalda a cada momento de ira y de frustración, de odio y de apatía. Negamos esa oscuridad, negamos esa parte rota y desastrosa, desequilibrada y que nunca para de sangrar. La tachamos del tablero, le prohibimos que sea un jugador. Nos aseguramos de que no exista... que esas malditas veces que nos encontramos con nosotros mismos y vimos lo terrible y horrible que podemos llegar a ser, solo hayan sido una pesadilla.
Pero el problema sigue, porque lo oscuro nos va a seguir en cada paso que demos, esperando que bajemos la guardia y nos tome por sorpresa. Esa parte nuestra persevera porque simplemente es real y aunque quisiéramos, aunque nos esforcemos, todos esos malos sentimientos y toda esa repugnancia que habita dentro nuestro, seguirá ahí, latente...imprescindible.
No es el fin. Una vez que mires para atrás, o para dentro, para donde sea que sea el punto de encuentro con vos mismo, y te topes con tu oscuridad, con toda esa mierda...podes quedarte ahí, bañado en suciedad, impregnarte cada poro de tu cuerpo con esa parte tuya. Asegurar con firmeza que nada va a cambiar en vos, que esto sos, que no hay una puta esperanza de que puedas sentirte bien al respecto. Te convertís en un aliado de tu sombra. Comprendes entonces que en cada jugada, en cada paso que diste, siempre estuviste influenciado por todos esos horribles sentimientos. Escapando o no escapando... siempre estuvo ahí, poniendo sus fichas en el tablero. Pero, reitero: no es el fin. Ya te conociste, y ahora podes enfrentarte... no para derrotar lo que sos porque eso no tendría sentido. Me refiero en el modo de aprender a convivir con tu oscuridad. Entender todo eso siniestro que tenes, aceptar ese lado tuyo. Y aun más, podes hacer que de esa mierda nazcan flores. Y hacerlas crecer, regarlas, nutrirlas de todo lo que sos. Porque nunca te olvides que si siempre vivís escapándote, o negando, lo único que vas a lograr es que tu mierda sea usada en tu contra. En cambio, si tomas el valor de auto-conocerte y enfrentarte, vas a notar que hasta de lo peor de uno, podes lograr grandes y hermosas cosas. La vida puede ser mas grandiosa de lo que creemos.
Tu oscuridad es tan solo UNA parte de vos.
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