un poquito de todo lo que somos


























































































Lo que nunca deja de ser, son los recuerdos.
Aun cuando parezco estar tan alejada,
sueño todas las noches con cada palabra
que me gustaría oír...

No se bien como volver a hablar,
ni tampoco me siento fuerte para escuchar.
El tiempo, a veces, destruye.
Y parece de otra vida,
la amistad que tenía.

No importa,
se que saldré de esta,
y que las manos se estrecharan.
El cariño no se pierde tan fácil,
y hasta los peores errores
se pueden remediar.

Se que soy terca,
y corrí bastante lejos.
Se que temí en volver atrás el tiempo.
(nunca quise,
y nunca querré,
volver a vivir esas malditas mañanas)

Tantos días,
desde los 3 años,
siendo hermanas,
las cuatro juntas...

Ya no le tengo miedo
a la distancia que pueda generar el tiempo...
cuando los lazos son del alma,
no existe nada que pueda derrotarnos.

Y veo todas las fotos,
desde aquel día.
Compartimos todo,
y luego de años,
he comprendido...
que hasta las peleas,
o los daños,
hasta los insultos,
o los engaños,
aun así, siempre sera
amistad.

Es la perseverancia de que seamos siempre reales,
que todas esas noches abrazándonos
no se desvanezcan por una mala decisión.
Porque se que las diferencias siempre estarán
y que el odio persistirá,
pero reitero, no existe nada
que pueda con nuestro amor del alma.

Hermanas,
amigas,
compañeras,
no sabría decir con exactitud
que significan para mi...
aun así, no queda duda,
fueron mi segunda familia.
















































(en el día del amigo, sonrió por ustedes)

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