8va carta a mi misma.

"Que tonta que fui, que tarde caí.. como me descarrile"  Y esa oración retumba en mi cabeza, me marea, me desorienta. Pues si, mi superyó al ataque una vez más, para hacerme recordar que no hay nada que festejar. ¿Acaso solo vale lo que yo hago? me pregunto a mi misma.. Pues se ve que si, no me dejo en paz. Me martillo la cabeza sin parar  hasta que no tome las riendas del asunto de nuevo. Vah, nunca las tuve.
"Bueno, fuiste muy tonta, pero de así vas a aprender a callarte un poco más" sigue recitando mi superyó. ¡Deja de decirme lo mal que estuve! Si yo no sabia que alguien me escuchaba.. me acostumbre a eso ¿qué quere'?. Creía - una vez más - que era algo mio, un pensamiento super fantasioso y propio, por ende hice con eso lo que quise, lo transforme de mil maneras, lo agrande, lo achique, JUGUÉ con eso. Pero resulta que no se podía jugar, que era algo real, algo que existía, algo latente. Bueno, nadie me aviso - o tal vez si, y no lo supe escuchar- . ¿Qué más podía hacer?
No puedo estar siempre adivinando, controlando, y pensando cada paso que doy. Ok, lo admito, me fui de mambo, me pase de la raya. Estoy muy cerca de chocarme con una pared, la estoy viendo, aún así sigo corriendo. Y  por más que vos, mi querido superyó, me vengas a torturar y a advertir.. no voy a parar.

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